El concejal Beltrán Pérez, el pasado jueves durante la celebración del primer acto cultural en el edificio. |
13/02/2012. Diario de Sevilla.
Una joya del mudéjar por descubrir y por hacer rentable para la ciudad. El Ayuntamiento dará "vida" al Palacio de los Marqueses de la Algaba, una de las pocas muestras -junto al Alcázar- de la arquitectura civil mudéjar que existen en Sevilla, con la cesión de este edificio para usos culturales y sociales. La intención del gobierno local es que los sevillanos hagan uso y disfrute de un recinto poco conocido en la ciudad y que su mantenimiento se pueda sufragar con los ingresos que se obtengan por el alquiler a las empresas para celebrar diversos actos.
El palacio, ubicado en la zona norte del casco antiguo, tendrá de esta forma varios usos que irán más allá de un centro cívico. Por un lado, ya es la sede de la Delegación municipal de Participación Ciudadana y Coordinación de Distritos, que dirige Beltrán Pérez. Esta utilización será compatible con la que quiere darle el Ayuntamiento a partir de ahora, que no es otra que la de convertirlo en un centro para diferentes eventos. La idea, según apunta Beltrán Pérez, es la de que el edificio sea cedido para actos culturales y sociales. En caso de que la entidad solicitante sea una asociación sin ánimo de lucro la cesión sería gratuita, si se trata de una empresa se le aplicará una tasa de alquiler similar a la establecida en otros edificios de titularidad municipal como el Alcázar.
El estreno de este palacio como sede de actos culturales tuvo lugar el pasado jueves con la presentación del libro Sevilla en blanco, negro y color, una recopilación de fotografías realizadas por Jesús Martín Cartaya con textos de Álvaro Pastor Torres. Pérez apunta que ya se están tramitando otros dos eventos para el mes de octubre. Las empresas que se han interesado por alquilar este edificio se han sorprendido de la belleza de un espacio desconocido por la gran mayoría de los sevillanos.
La intención de la corporación local es que el mantenimiento de este edificio pueda sufragarse con los ingresos que obtengan por la cesión a las empresas. De este modo, no será necesario que se se destinen partidas del presupuesto general para un inmueble que se convertirá en un centro cultural de referencia en esta zona. En su restauración destaca la recuperación del artesonado y del zócalo de azulejos original.
Este palacio es un referente de la arquitectura mudéjar, tan presente en la zona norte del casco antiguo. En su día, contaba con un arquillo que lo comunicaba con la iglesia de Omnium Sanctorum. Una de sus más famosas inquilinas fue Doña María Coronel, conocida por arrojarse aceite hirviendo en su rostro para huir de las pretensiones amorosas de Pedro I. Durante muchos años estuvo prácticamente en ruinas con la fachada apuntalada, lo que provocó que pasara desapercibido para muchas generaciones.
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